La Exhortación a Recibir Instrucción

La Exhortación a Recibir Instrucción es una exhortación de aprender de Dios porque de otra manera, te quedarás condenado a las trampas y mentiras de Satanás.




Exhortación a Recibir Instrucción 2:1-6

2:1 Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.

La sabiduría nos dirige a la pregunta de importancia aquí, “Mas ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Dónde está el lugar de la inteligencia?” (Job 28:12, 20, 21) Aunque la sabiduría quiere que las personas le obtienen sabiduría (1:20-33), ella es muy difícil de conseguir. Uno se obtiene la sabiduría solamente por esforzarse mucho para tenerla (v3), o sea, de buscarla con todo sus esfuerzos. Cuando no viene, uno debe esforzarse todavía más.

Para lograr obtenerla, uno tiene que empezar con la revelación divina, y estudiarla diligentemente en lugar de nada más sabiduría académica.

Para obtener la sabiduría, hay requisitos:

  • Tienes que escuchar a Dios con atención “recibieres mis palabras” v1 ( 13:9). Esto es “la semilla echada en el suelo de un corazón honesto y buenoLuc. 8:15. Hay respecto y recepción por profunda reverencia en el corazón de quien que la escucha (Luc. 10:39). Es una recepción con “toda solicitudHch. 17:11, reconociendo y poniendo la autoridad sobre ella que merece (1Tes. 2:13).
  • Tienes que obedecerla con humildad “guardares adentro de ti” ( 7:17). Vemos que el sabio estima estas palabras y la sabiduría aun arriba de su propio ser. La humildad de uno mismo va mano en mano con la sabiduría. La sabiduría es su propio tesoro para quien que la premia altamente. Por ser un tesoro, se guarda para que Satanás no te robe este tesoro.
  • Tienes que pedirla sinceramente “haciendo estar atento” ( 1:5). Hay un hábito de constante atención a la Palabra de Dios. Es de doblar la oreja hacia (prestar atención) lo que dice Dios, y hay un esfuerzo intensivo de aplicar estas palabras al corazón de uno mismo.
  • Tienes que buscarla diligentemente ( 55:6-7), como alguien excavando plata y oro. La investigación en el conocimiento de las cosas de Dios tiene que ser intensiva o no rinde su fruto. Sabiduría terrenal se consigue por estudiar, pero la sabiduría celestial se consigue por estudiar y aplicarlo a la vida paso por paso. Esto implica una fuerte vida de oración. La oración sirve como el instrumento espiritual de afirmar delante de Dios lo que la persona aprende espiritualmente y moralmente. Es una herramienta de investigación del alma de uno mismo, pero a la vez es como reconoces las verdades divinas que Dios nos enseña para obligarnos de seguir estas normas morales. Primero hay el aprender de Dios, y luego hay el levantar la voz. Sal. 119:130 “La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.” Dios mismo controla el entendimiento de nosotros. Tenemos que ir a Él para entender (Eze. 34:37). La oración no puede sustituir para la investigación y estudio, sino la oración da más fuerza y motivo para que uno busque hasta que encuentre.El hábito de vivir en el ambiente de estudiar las Escrituras es de sumo valor. Debemos ser rellenos cada día de su tesorería, teniendo grandes porciones de la Palabra de Dios pasar diariamente por nuestras mentes. Nos da una comprensión mayor, más firme, y una aplicación a la vida más fácil. Esta actividad de aprovecharnos espiritualmente y moralmente de las Escrituras es solamente hecho a solas, y no en compañía. Tenemos que alentarnos en la lectura para meditar sobre las palabras, y tomar el tiempo de explorar los significados si es necesario. El error proviene de ignorancia de las Escrituras (Mat. 22:29 “Erráis, ignorando las Escrituras”). Comúnmente el error se base sobre verdades parciales, o cachos y frases de la verdad sin relación que uno se junta para enseñar algo que la Biblia nunca presumió de enseñar.

La sabiduría es algo de mucho esfuerzo, trabajo, y tiempo. No es posible de alcanzar la sabiduría gastando una hora cada semana en la iglesia, sino que es un esfuerzo de todo el día, y de todos los días. Es la búsqueda de toda la vida. Nadie tiene la paciencia en nuestro día para obtenerlo. Uno tiene que empezar con la idea de que tardará mucho tiempo, y para los que no aguantan el esfuerzo necesario, el trabajo envuelto, ni pueden esperar hasta que alcanzan sabiduría, nunca van a alcanzarla.




Además, la sabiduría se base sobre una relación personal con Dios. Esta relación empieza con “temor y conocimiento de Dios” v6. La salvación es indicada aquí, pero tenemos que entender que nunca la Biblia nos presenta la salvación afuera de o en lugar de una vida piadosa, de vivir como Cristo vivió. Entonces la piedad es lo que va con este temor y reverencia, porque uno conoce a Dios.

El “temor de Jehová” es una reverencia, pero a la vez una curiosidad hacia a Dios, que le pica para que siga investigando hasta que llega a tener “ciencia de Dios” que es de conocerle en un nivel muy familiar.

Hay Protección en el Consejo de Dios 2:7-11

Prov 2:7 El provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio Y equidad, y todo buen camino.

V7 Lo que el buscador de sabiduría encontrará es que Dios da sabiduría en partes, y con unas condiciones. Como obedecemos lo que ya conocemos de las Escrituras, Dios va a abrir nuestro entendimiento más a “conocer a Dios” v7. O sea, aquí Dios condiciona la sabiduría sobre la rectitud, haciendo una relación muy profunda entre la sabiduría y el portarse rectamente en los ojos de Dios. Siempre la regla es que Dios concede sabiduría a los que son piadosos (“santos” – hasidim, fieles hijos del pacto de Dios).

Escudo” Dios es una defensa para los que le buscan (Pro. 30:5; Sal. 84:11). El camino del hijo de Dios es rodeado con peligros, pero aun es seguro (Pro. 4:11; 8:20; Deu. 33:26-29; 1Sa. 2:9; Sal. 37:23-24; 56:9). Somos protegidos y preservados por el poder del Todopoderoso aunque andamos en el terreno del enemigo (1Sa. 25:39; 27:1; 2Co. 12:7-9).

caminan rectamente” – La verdadera sabiduría no es limitada a educar sobre como es Dios, sino también nos avisa de cada obligación moral que tenemos en relación con Dios. La vanidad (Ecl. 1:18) y la necedad (1Co. 3:19) son las marcas de la sabiduría de este mundo.

Prov 2:10 Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma, 11 La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia,

La sabiduría es una calidad espiritual, moral, que Dios da a los fieles creyentes en Dios, quienes se conducen moralmente bien en los ojos de Dios. Los dos, usando la sabiduría y teniendo la sabiduría, van juntos, y no puedes tener sabiduría sin andar bien con Dios, y no puedes andar bien con Dios sin portarte en una forma sabia. Hay dos partes, (1) Como Dios nos protege (v10-11, compare con v7-8), y (2) los ejemplos de las tentaciones que podemos vencer (v12-15, v16-19).




La sabiduría de Dios nos trae bien, pero también vemos que nos preserva del mal. Pero la condición para preservarnos de maldad es que tiene que ser guardada “en el corazón” (Pro. 4:23), no solamente en la cabeza. Nuestra relación con Dios no es algo de pensar solamente, sino es una forma de vivir. Se transforma nuestra conducta y vida. Es un principio que nos guarda (Pro. 4:6; 6:22-24; Sal. 17:4; 119:9-11, 104). La sabiduría es como un resguarda militar (guarda espaldas) sobre un personaje real (1Sa. 26:16; 2Re. 11:11). La sabiduría le ayuda de no tener problemas moralmente. Cuando la persona busca con todo su corazón la sabiduría, la maldad y sus tentaciones no son tan fuertes ni tan atractivas. Antes la sabiduría era el objeto de nuestra buscar, ahora es la delicia de nuestro corazón.

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