Creyendo en la Creación
Escuela Dominical para Jóvenes Volumen 1, Número 11
Por David Cox © 2010
Salmo 100:2-3 Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. 3 Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.
Cuando hablamos sobre la creación, inmediatamente pensamos en el relato de la Biblia, que Dios hizo la creación en 7 días. También la alternativa que nos presenta el mundo viene a la mente, la evolución. ¿Cuál es la verdad? ¿Por qué hay dos versiones de nuestros principios?
La verdad es que cuando reconoces que Dios te hizo por una creación especial, entonces somos la hechura de Dios, y debemos sujetarnos a Dios.
Efesios 2:10 que hechura suya somos, creados en Cristo Jesús, para hacer buenas obras, que Dios de antemano preparó para que en ellas anduviésemos.
Entonces Dios tiene el derecho sobre nosotros y sobre nuestras vidas porque nos creó. El asunto de cómo llegamos a existir es una cuestión de autoridad sobre nosotros, y de rebelión y obediencia de nuestra parte. Dios nos creó con el propósito explicito de que reflejemos el carácter de Él, por hacer buenas obras.
1Pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Entonces Dios nos creó con un propósito suyo, para que anunciemos el carácter moral de Él. Anunciamos el buen carácter moral de Dios por medio de imitar esto en nuestras vidas (Ef. 5:1), actuando como si Jesús actuara, siendo santos como Dios es santo (Lev 11:45), siendo perfectos (maduros Mat. 5:48) como Dios es maduro, siendo misericordioso como Dios (Luc 6:36), viviendo como él vivió, andando como él anduvo (1Jn. 2:6). Dios nos creó para que demostremos el buen carácter moral de Él en nuestras vidas. Somos ejemplos de Cristo.
Romanos 1:19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo «que no tienen» excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
Nuestro mundo no pudiera haber llegado por sí solo. La marca de un diseñador está por todos lados. Todo esto es testimonio (1) al poder de Dios, y (2) a la deidad de Dios. La deidad de Dios implica quien es Dios quien decide las cosas, no al azar, ni tampoco sin método. Si lo malo y lo bueno pasan porque así Dios decide las cosas, debemos dar reverencia y honor a Dios antes que decida hacer algo malo con nosotros.
Isaías 45:5 Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, 6 para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, 7 que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto… 9 ¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces? o tu obra: No tiene manos? 10 ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?!
O sea, cuando aceptas lo que Dios dice, que Él nos creó, entonces debemos a la misma vez no pelear en contra de Dios, sino buscar de obedecerle cambiando tu forma de pensar y actuar para conformarte al carácter de Dios (hacer el bien y no el mal).
Lam. 3:37 ¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó? 38 ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno? 39 ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado. 40 Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová; 41 Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos;
Jeremías dijo dos cosas muy importantes en Lamentaciones: (1) la causa de nuestros problemas es que estamos pecando y Dios está juzgándonos, entonces la solución de esto es de examinar nuestros corazones para quitar la corrupción y pecado de allí. (2) Debemos levantar nuestros corazones a Dios, o sea, debemos adorar a Dios y buscarle como a un amigo con quien tenemos gran amistad.
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Porque no buscamos a Dios (antes de que Él nos castigue) y porque no limpiamos nuestras vidas moralmente de impureza, nuestras vidas van mal.
Todo esto gira alrededor de nuestra sumisión a Dios como nuestro creador. Tenemos que reconocer su autoridad en nuestras vidas de mandarnos como Él quiere. Esta lucha es una lucha para todos, y para toda la vida. Lo más pronto que aprendes a buscar la voluntad de Dios, lo más pronto tu vida empieza a componerse, y menos se descompondrá.
Autor: | Cox, David |
Category: | EDJS Año 1 |
Fecha: | 05/10/2015 |
salv79 ¿Cuándo aceptaste a Jesucristo? explica que la salvación necesita un momento exacto en que decides de recibir a Jesús como tu Salvador personal. Si no, no eres salvo. Temas: Entendiendo la Salvación | La Necesidad Esencial de Predicar el Evangelio | El Arrepentimiento | La Salvación es una Conversión | ¿En qué momento fuiste salvo? | Conclusión.
Desde el Folleto: Una persona es salva por haber recibido a Jesucristo como su Salvador personal. Pero, la salvación no es algo que “se acerca sin que la persona sepa”, y que la persona presume que pasó, pero no tiene conciencia exacta del evento. El ser salvo es definido, y es exacto en un momento cuando pasa, y las únicas opciones son 1) sí, eres salvo, o 2) no eres salvo o no sabes que eres salvo. De no ser salvo, o de no saber si eres salvo, es lo mismo. No eres salvo.
salv79 ¿Cuándo aceptaste a Jesucristo?.