Una Perspectiva, ¿Por qué estoy aquí?
Por David Cox
© 2020
Escuela Dominical para Intermedios Volumen 1, Número 11
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Apocalipsis 4:11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. Empezamos con que Dios hizo el mundo por su propio placer, y Dios es digno de ser alabado, pero la creación fue creada por Dios y para la gloria del mismo Dios. Según Génesis 1:26-27, estamos hechos en la imagen de Dios mismo, y esto entra en porque Dios nos hizo. Somos “recuerdos” de Dios, hecho para glorificarle. Pequeños representaciones de Dios para su gloria.
Colosenses 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Isaías 43:7 todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice. Esto se enfoca en Jesús, quien es mero Dios, y Él creó, y todo es para Su gloria. Entonces, nosotros existimos para la gloria de Dios, no para otra razón, no para que disfrutemos cosas sin entrar en sus propósitos. Encontramos entendimiento, ubicación, y el sentido de cumplimiento y propósito solamente cuando empezamos desde Dios y su voluntad.
Eclesiastés 3:10 Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. 11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. 12 Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; 13 y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor. 14 He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres. Entonces, Dios nos hizo, nos hizo en Su imagen, y Dios puso en el corazón y alma del hombre una percepción de lo espiritual, la eternidad, lo eterno, en él. Aunque no entendemos todo esto, somos observador de lo espiritual, y curiosos y interesados sobre lo espiritual.
Aunque somos hechos para los propósitos de Dios, para Su obra, para Su disposición, también parte de este propósito divino es que disfrutamos esta vida mientras que la tenemos, y después la vida eterna en el cielo con Él. No hay nada mal con disfrutar la vida, y al opuesto de ser malo, disfrutando la vida es el propósito de Dios para nosotros. Esto no es una licencia para pecar, pero igualmente, no debemos ser disgustados por la vida, especialmente por los problemas que tenemos individualmente.
1 Corintios 10:31 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. Entonces, empezamos a armar a una perspectiva bíblica de “¿por qué estoy aquí?” desde esto. Soy una creación de Dios, y soy Su siervo entonces. Debemos vivir por Dios, y no por nosotros mismos. Nuestros problemas son lo que Dios decide para nosotros.
Pero tenemos que captar todo. 1) Somos creados por Dios, somos su posesión. 2) Debemos servir y adorar a Dios. 3) Esta vida es un precursor a la eternidad para nosotros, y debemos vivir aquí tomando en cuenta lo que hacemos aquí para la eternidad. La decisión de recibir Jesús como nuestro Dios, Dueño, y Salvador decide nuestra eternidad después de vida aquí. 4) La eternidad es más importante y real para nosotros que la vida aquí. Es un grave error a vivir como el vivir aquí y ahora es lo más importante, o aun es todo lo que hay a nuestra existencia.
Lo temporal empuja en contra de lo eterno: Lucas 14:18 Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. 19 Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. 20 Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir.
Esta mundo puede engordar y confundir al alma: Lucas 21:34 Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Nuestro día de juicio viene.
Ahoga la Palabra Salvadora: Mateo 13:7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
temporal compete con la Obra Espiritual para la Eternidad: 2 Timoteo 2:4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Mateo 13:22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa, (y no llega a ser salvo porque preocuparon demasiado sobre lo terrenal, exaltaron lo temporal sobre lo eterno) Marcos 4:19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Lucas 8:14 La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. La vida de un cristiano debe ser enfocado en cosas eternas, y esta vista sobre lo eterno debe ayudarle a aguantar, y actualmente olvidar o poner afuera de su mente o preocupación las demandas de mundo, del terrenal. Entonces hay una guerra espiritual en la vida de cada uno entre lo eterno y lo terrenal. Específicamente, uno se preocupa más que debe sobre 1) afanes – los quehaceres y asuntos cotidianos. 2) riquezas – cómo vamos a vivir hoy y en el futuro. 3) placeres – cómo y con qué vamos a disfrutar la vida. Hemos visto que no es que Dios no quiere que disfrutemos la vida, sino que disfrutamos la vida adentro de sus reglas y voluntad.
Mateo 6:25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Es muy importante que confíanos en Dios, no nada más para ser salvo, pero confiar que Dios sabe mejor cómo debemos vivir nuestras vidas. Aunque es difícil a veces de entender y aceptar lo que Dios nos manda o permite que pasa con nosotros, debamos confiar altamente en Dios y su sabiduría y mejor decisión en nuestras vidas.
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