Maestro como Consejero Espiritual - Maestro de Escuela Dominical

Maestro como Consejero Espiritual es una breve exhortación para animarnos a trabajar con jóvenes.

Un maestro de jóvenes está en una posición de influenciar a estas almas para el Señor. Muchas veces, no tienen otros que van a escucharles, y no hay consejeros en que el joven tiene una medida de confianza. Es muy abominable que los homosexuales se insertan a esta situación para ganarles para la perdición de sus almas.

Pero buenos cristianos también pueden tomar esta oportunidad para ganarles para Cristo. Es un ministerio, y cualquier cristiano que siente el llamamiento de Dios a ministrar a jóvenes entra en un buen ministerio muy necesitado.

Como cualquier ministerio, el ministro tiene que ser salvo, y tiene que tener su propia vida en orden. Igualmente como en cualquier ministerio, hay fracasos porque la gente no recibe la Palabra de Dios con fe.

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¿Qué es un Joven?

El punto crítico con jóvenes es que son novatos, o sea, no tienen mucha experiencia con la vida, ni tampoco saben como pensar críticamente y discernir las trampas de Satanás. Son presa fácil para el Diablo. A la vez que el maestro entiende su ternura, tiene que tratarles como si fueran adultos y maduros, aunque no son ninguno de los dos.

El Joven Rebelde

El ser humano es rebelde. Pero en la transición entre un niño a un adulto, la voluntad de la persona parece de ser especialmente dura. Como niños chiquitos, no entienden, y normalmente el maestro puede nada más decirles, “No hagas esto,” o “hágame esto”. Pero con jóvenes, no es así. Su rebelión les maneja su vida sobremanera.

Entonces el maestro tiene que tratarles como adultos, aunque ni son responsables ni entienden la vida como un adulto debe entenderla.

La Biblia propone unos conceptos básicos. El saber resulta en ciencia, un cuerpo de cosas que uno sabe. Pero conocimientos no son provechos en sí mismo. Jóvenes tienen por la primera vez en su vida la posibilidad de andar sin el cuidado intenso de un pariente, y quieren tener experiencias. Pero allí es donde Satanás les atrapa fácilmente.

El buen uso de conocimientos (la ciencia) para el provecho de uno es llamado sabiduría. Vamos a un mecánico, a un doctor, a un plomero, porque han dominado una área de ciencia, y pagamos a ellos para ayudarnos. Esto es en cosas terrenales.

Pero la Biblia propone a otro aspecto a la situación. La sabiduría que buscamos no es sabiduría terrenal, sino la sabiduría celestial. Esto es sabiduría para provecho para nosotros en la vista de la eternidad, especialmente en el día que nos presentamos todos al juicio de Dios.

Santiago 3:15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Santiago 3:16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Santiago 3:17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

La persona carnal usa sus conocimientos para motivos malignos. Esto es el sentido “terrenal, animal, diabólica”.

Pero el cristiano busca sabiduría celestial, de Dios.

Proverbios 9:10 El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.

En la vista de toda la vida de alguien, incluyendo cuando muere y después, no va a escapar el tratar con Dios, su Creador y Juez. Cuando una persona se da cuenta de esto, y cambia su vida para que llegue aquel día con su vida en orden, entonces es verdaderamente sabio en este punto.

Cuando decide alguien que hacer este cambio, conocemos esto como el momento de salvación. Es arrepentimiento (entregar, dejar, y abandonar cosas que perjudican su eternidad) y es fe, o sea, busca la justicia de Dios, que va a complacer a Dios si Dios ve sinceridad y esmero en buscar Su voluntad.

El ganador de almas busca exactamente este punto con gente, y el maestro cristiano es igual. Normalmente, la Biblia no permite que mujeres sean maestros de hombres. Es prohibido que la mujer dirija, o enseña, o predica.

Pero en el caso de los niños y jóvenes, allí es la excepción. Toda mujer cristiana que es madre, es una maestra a sus hijos. No es que es permitido, sino que es mandado. Es su obligación.

El Joven Turbado

Empezamos con lo más obvio. El ser humano tiene problemas. Estos problemas son resultado del pecado de esta persona misma. Añade que somos criaturas muy impresionables (fácil de caer bajo la influencia de otros, aun de nada más ver algo mal), y el ser humano es turbado.

El mundo trata de hacer lo mejor que puede en sus problemas, pero normalmente es fracaso tras fracaso, excepto cuando entra la sabiduría de Dios.

Allí es donde es muy importante, padres cristianos y maestros cristianos.

El joven no tiene su corazón tan duro todavía a la ayuda de otros. En sus problemas, busca alivio, y esto es porque no puede adentro de sí mismo, y no sabe qué hace en situaciones así. Busca ayuda de otros.

Allí es cuando el maestro cristiano entra para provecho de Dios. Una banda de malvados (Proverbios 1, especialmente Proverbios 1:10-15) puede también entrar y causar mucha destrucción en su vida.

El Joven No Seguro

Los jóvenes son personas que no tienen experiencia en la vida, o muy poca experiencia, entonces no saben sus propios límites, lo que puede y lo que no puede hacer. Busca confianza de otros para que pueda hacer cosas que nunca ha hecho antes.

El Joven sin Amor

Muchos jóvenes vienen de hogares con un solo padre, frecuentemente que no tiene tiempo para escucharle. Allí es donde el maestro cristiano puede ser de gran bendición al joven.

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