Por David Cox © 2010
Rom 4:1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? 2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. 3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. 4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; 5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
Abraham es reconocido y recordado por su fe. La fe es una actitud de una persona, donde la persona cree en algo tan fuerte que piensa y actúa como que es real. Toma la palabra de otra persona como que ya es hecho aunque todavía no se ve que es hecho. O sea, la fe entra ante de que una cosa llegue a ser realidad, pero la persona cree, confía, y actúa como que ya es un hecho. La fe también habla muy específicamente de la calidad de confianza. Es porque la persona quien promete es tan fiel y confiable, entonces la persona que tiene la fe también tiene confianza en él.
Este pasaje en Romanos nos explica que no es lo que Abraham hizo lo que agradó a Dios. Las obras no cuentan delante de Dios, sino es lo que cree que le causa a instalar e insistir, lo que dice y hace, porque “cree” que así es la cosa. Abraham creyó la Palabra y la promesa de Dios, porque confiaba altamente en Dios. Tuvo la actitud de que lo que Dios dice es confiable, porque debemos de tener completa confianza en Dios.
Heb 11:8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.
Todo el punto de tener fe, es porque no ves la realidad de la promesa todavía, está porvenir. Entonces Abraham oyó el mando de dejar la estabilidad y buena vida donde vivía, e irse a otro lado donde Dios iba a indicarle. No supo adónde iba. Esto no era importante. Lo importante es que Dios es confiable. Lo que Él nos manda, Él respalda sus mandamientos con la sabiduría eterna de Dios, y además, Dios tiene el poder para ayudarnos. Pero Dios no llevó a Abraham a Jerusalén por medio de unos ángeles, e inmediatamente estaba allí. Dios quiso ver la fe de Abraham, si la tenía, y cómo era (fuerte o débil). Dice Hebreos 11:8, “Por la fe Abraham siendo llamado, obedeció para salir”. La fe de Abraham era grande, y era real, y Dios puso a Abraham a prueba para ver si de veras su fe era de tal grado que arriesgara toda su vida para obedecerle. Abraham tuvo 75 años (un hombre viejo) cuando empezó su nueva vida (Gén. 12:4). Aun las obras o las acciones sin nuestro corazón no sirven para con Dios, la obediencia del corazón, porque confiamos en Dios, en qué Él es bueno y sabio, esto sí sirve delante de Dios. Para Dios, no es tanto lo que haces, sino lo que haces y la razón o el motivo de tu corazón que está atrás de lo que haces. Hay niños quienes obedecen a sus padres porque sus padres les insisten, y les insisten para limpiar su cuatro, llevar la basura, etc. Pero aunque el niño hace lo que su padre le pide, no es tanto que le agrade al padre esto. Lo que sus padres quieren ver es la obediencia del corazón por el amor y la confianza que el niño tiene en sus padres.
Dios mandó a Abraham, y cuando una autoridad manda, no hay opciones. Obedeces o desobedeces. Pero el mandamiento era simple y sencillo, “levántate y anda.” Dios es así. Sus mandamientos son simples, y son fáciles de obedecer. Pero el problema es que en lugar de confiar en que Dios sabe lo que hace cuando nos manda, nosotros no confiamos realmente, y no tenemos fe en Él.
Núm. 23:19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?
Dios no es una persona quien promete algo, y no cumple con lo que ha dicho. Dios es altamente fiel a sus dichos y promesas (y cumple con sus amenazas).
Hebreos 11:8 dice Abraham “salió sin saber a dónde iba.” Esto es fe. Es de moverse en obediencia sin ver o requerir saber todos los datos. Es de actuar aunque no tengas idea como va a salir todo realmente. Simplemente porque confías en la otra persona, tomas por cierto, que eso va a salir bien.
Rom 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Sabemos que si de veras amamos a Dios, todas las cosas en nuestra vida obran para nuestro bien. Esto es cuando hay buenas cosas que pasan, pero también Dios usa las malas cosas, las calamidades, las enfermedades, los contratiempos, los trabajos extra, los problemas, y aun los sufrimientos y enfermedades que sufrimos. Todo esto es de la mano de Dios obrando en nuestras vidas para que nos salga bien.
Heb 11:9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; 10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. 11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. 12 Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar. 13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
A fin de cuentas, Abraham tuvo fe en Dios, que todo lo que pasara en esta vida aquí en la tierra era temporal, pasajero. De tener fe no es necesariamente de recibir todo lo que uno desea aquí en la tierra, sino de fijarse en las promesas y bendiciones de Dios en el cielo. Lo que realmente Abraham esperaba y ansiaba para obtener era de irse al cielo para convivir con Dios. Esto es el motivo atrás de toda la historia de su vida. No es obedecer aquí, o no obedecer allá, las reglas, los mandamientos, nuestro cumplir o no cumplir. Nuestra relación y compañerismo con Dios son lo más importante el motivo atrás de todo. Con tus padres, no es tanto que le tiras la basura o que limpias tu cuatro. Los mandamientos o quehaceres no son tan importantes realmente. Lo que es importante es que eres parte de sus vidas, que tienes familia con la cual participas en las actividades, y tienes compañerismo con tus padres y lo demás. Esto representa una relación de amor en que pueden pedirte de cooperar, y tanto tú cooperas con ellos, que ellos te proveen y te ayudan. Así es con Dios.
La salvación entonces es un concepto que es un lugar (el cielo), y es un lugar donde está alguien (Dios). Pero esto realmente no es muy buen concepto de la salvación si es nada más esto. La salvación realmente es de ir a donde vive Dios para convivir en comunión y compañerismo con Él. Es de formar parte del ambiente celestial que está alrededor de Dios. Somos parte de los redimidos de Dios, conviviendo con Dios. Fíjate que la salvación viene por esta fe y confianza en esta persona de Dios. Esta fe es de confiar altamente en Él. Es de creer y actualmente actuar como si las promesas son realidades. Es de vivir como si todo lo que Dios promete o amenaza fuera realidad. La realidad de la Palabra de Dios en nuestras mentes, corazones, y parecer nos afecta tanto que tomamos todo esto como realidad. Así es cuando Dios se agrada con nosotros, y nos salva por nuestra fe.
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